martes, 19 de julio de 2011

Informe: Dirigentes con capacidades “Inferiores”

Los clubes salteños están transitando un año de renovación de dirigentes y en esa transición del cambio estará, sin lugar a dudas, el crecimiento Institucional y deportivo de las entidades. Tanto Juventud Antoniana, Central Norte y Gimnasia y Tiro en estos últimos cinco años vivieron y viven realidades totalmente diferentes pero con un objetivo en común: ir escalando a otras categorías del fútbol argentino.
En el 2010, el Cuervo pudo conseguir el ascenso al Torneo Argentino A, después de varios años de estar en el ostracismo futbolístico, en el éxito deportivo están los aciertos de sus dirigentes pero así como en Central las decisiones que se tomaron dieron sus frutos, los mejores momentos se vieron opacados por hechos que siempre ponen en tela de juicio la honestidad de los directivos y que nunca terminan de aclararse ni comprobarse.
Este 2011 fue para el Albo, porque con un proyecto serio y a largo plazo pudo volver a la tercera categoría del fútbol argentino. Lamentablemente, Gimnasia no cuenta con una Comisión Directiva y depende de un Órgano Fiduciario que controla y se encarga de administrar la economía del Club y además, posee Sub comisiones que se encargan de organizar las distintas disciplinas con las que cuentan. Los socios esperan que el Club se regularice y sea conducido por directivos elegidos democráticamente.
Central Norte y Gimnasia y Tiro ascendieron con planteles conformados con un poco más del 70% por futbolistas foráneos; lo que provocó que cuenten con altos presupuestos para poder sostener a jugadores que se convierten en “ave de paso”, que hoy están pero que mañana vuelan hacia otro club.
En Juventud Antoniana, la situación es otra porque los directivos lograron encontrar un equilibrio en el aspecto económico y financiero. Pero durante años apostaron a jugadores y técnicos de jerarquía y nivel que no rindieron en la medida que se esperaba y en algunos casos, los dirigentes no respetaron ni dejaron terminar el proceso de determinados entrenadores. Y así, sólo sumaron fracasos y frustraciones.
Está en marcha un nuevo plan de trabajo para la temporada que se avecina y da la casualidad que en las tres entidades salteñas la preocupación en común es el armado de cada uno de sus equipos. Saber porque les cuesta cada vez más a los dirigentes conformar sus propios planteles tiene una razón y es porque no trabajan, como deberían, con sus divisiones inferiores que les permitirá, por lo menos, sostener equipos en un 50% con jugadores de la cantera.
Sí esto no cambia, seguramente, el problema siempre será el mismo y cada vez  con mayor frecuencia porque estar preparados para afrontar una nueva campaña y ser protagonista requiere, indudablemente, de un plantel sumamente competitivo.

Con pasión y buena voluntad no alcanza

En la anhelada y obsesionada búsqueda por parte de los dirigentes de conseguir un ascenso, las entidades dejaron de lado un factor clave que hace al funcionamiento de un Club, y son sus Inferiores. En este aspecto, algunos clubes mostraron una gran falencia y trazaron un paralelismo en común con una metodología de trabajo a medias que no da resultados a largo plazo.
Presupuestos para divisiones inferiores que no superan los $15.000, falta de infraestructura necesaria para que los jugadores puedan desarrollarse de la manera más óptima. Muchos chicos expresan que deben sobreponerse a situaciones cotidianas y padecen necesidades básicas que no pueden satisfacer y que no les permiten un adelanto en su formación.
Para ello, las entidades, deberían tener la estructura suficiente para contrarrestar el margen de disminución en el rendimiento de los futbolistas que directamente afecta el avance del mismo club.
La dirigencia salteña padece la falta de formación evidenciando falencias en la conducción y deficiencias en la Administración de los recursos de las instituciones. Muchos directivos se manejan y gradúan, en las instalaciones, motivados por la pasión, la experiencia de la calle o por los logros en emprendimientos personales y con eso no alcanza.
Otros, sueñan con seguir los pasos de generaciones anteriores que culminaron sus gestiones con mayor o menor éxito, pero muchas veces la historia vivida nunca se repite y caen en la necedad de seguir, a no cambiar sus ideas y aprender y en definitiva, terminan perjudicando notablemente al mismo Club.
El trabajo y la función del dirigente deportivo es aún más compleja y debe tener más que pasión y voluntad. El Psicólogo Franz Rivera Mansilla dice que:”Lo impredecible y la inestabilidad en las decisiones, que son tan dependientes de los resultados, conllevan a un cierto “clima de inseguridad” que no facilita el trabajo serio y continuado de deportistas, técnicos y demás personas vinculadas al deporte. La disponibilidad, afición y “buena voluntad” pueden resultar insuficientes para abordar la complejidad de factores y dificultades de las entidades deportivas. Los dirigentes deportivos a menudo se rodean de asesores con grado similar de "conocimientos”; aunque algunos de ellos, con los años, logran aprender a desenvolverse y hacer frente con eficacia a muchas de las tareas directivas; otros, lamentablemente no aprenden y van de error en error”.
En Salta estamos ante algunas dirigencias que carecen totalmente de capacitación constante que les permita el progreso personal y a su vez grupal. El dirigente deber auto exigirse en dos ámbitos fundamentales: el Administrativo y Personal.
En el Ámbito Administrativo: Un dirigente deportivo deber tener un adecuado nivel cultural; actualizado en sucesos sociales y deportivos en general; entendimiento específico en administración deportiva – empresarial, contabilidad y/o economía, reglamentos, normas y legislación vigente de la disciplina deportiva a la que dirige; y con noción general de psicología, sociología, nutrición, fisiología y medicina deportiva; además de sistemas de entrenamientos y competencias. Organizar un trabajo planificado, estructurado y científico para conseguir satisfactorio nivel deportivo y lograr objetivos a corto, mediano y largo plazo; no improvisar. Persona con amplia perspectiva de futuro institucional.
En el Ámbito Personal: Debe tener un alto nivel del sentido de equidad y justicia para recompensar y sancionar. Elevado nivel de autocrítica y crítica para la solución de problemas o enmienda de errores. Ágil capacidad de análisis y síntesis para la toma de decisiones. Persona responsable y comprometida. Dedicación con cariño, alegría y gusto a la dirigencia deportiva.
Debe ser una persona con características de líder que sea sociable, alegre, tolerante, equilibrado, estable, seguro, optimista, honesto, innovador, visionario, con firmes valores éticos y morales. Perseverante en el deseo de superación personal e institucional. Persona con elevado sentido de “progreso grupal”; es decir, decidir en favor de la institución, puesto que al favorecer al grupo, se favorece al individuo. Persona de expresión precisa, clara y concreta. Individuo en permanentemente capacitación y aprendizaje.

No se pretende un “directivo ideal”, que cumpla con todos los requisitos pero sí que los clubes cuenten con más personas capaces, con ideas renovadas y progresistas, con objetivos institucionales concretos y mediables,  a corto, largo y mediano plazo, para que la generación de recursos económicos tenga destinos coherentes y premeditados, de acuerdo a metas definidas.
En Salta es necesario un cambio generacional de dirigentes. Sólo los jóvenes capaces, idóneos, preparados, con interés, energías y fuerzas de aprender y crecer podrán cambiar el rumbo de los clubes. La formación de nuevos dirigentes es necesaria y urgente. “Los jóvenes son la esperanza del futuro pero merecen tener su oportunidad en el presente”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario