lunes, 27 de junio de 2011

El voto cantado es el cambio por un Juventud victorioso

El 23 de junio la posibilidad del cambio está latente entre los antonianos, sólo será cuestión de que el socio con total responsabilidad y sin temores decida modificar la forma de trabajo y las ideas implementadas desde hace más de cinco años en el Club. 
El voto cantado no debe ser otro que hacer que Juventud Antoniana siga siendo una gran Institución pero ya no por los logros pasados, sino por éxitos presentes que den resultados a futuro.
“Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”; decía Giuseppe Tomasi di Lampedusa, escritor Italiano. En Juventud Antoniana, hay grupos de autoridad que actúan con total falsedad y se conforman y adaptan a triunfos efímeros que no llevaban a ningún tipo de progreso pero que son usados para su propio beneficio y así buscan mantenerse en el poder.
El Santo se convirtió en una entidad que hace años no es protagonista por conseguir victorias futbolísticas y cuando lo hizo, en su momento, no logró sostenerse en una posición expectante para su porvenir. Tampoco, pudo destacarse en grandes obras o adelantos en el crecimiento como sede social y deportiva; y esto habla, sin lugar a dudas, de un conformismo absurdo, egoísta y vergonzoso que no permite el desarrollo de todos los antonianos.
Es momento de vivir una transformación porque sólo la renovación puede mantener la mística, el origen y la historia del Club. Si sucede todo lo contrario, lo único que se obtendrá será quedarse en el tiempo, recordando hechos que sucedieron alguna vez y que nunca más se volvieron a vivir y se logrará un retraso en el pensamiento progresista que debe tener toda institución deportiva si quiere realmente construir una estructura de futuro sólida.
Las decisiones y los errores  cometidos de manera repetitiva se han convertido en la suma de malas experiencias futbolísticas, de manejos institucionales desordenados y de intentos en vano que tienen nombre y es la frustración y el fracaso. Esta Comisión Directiva se enceguece en su necedad y necesidad de permanecer y no perder la notoriedad que les da un club como Juventud y se coloca en una postura intolerante ante algunos reclamos y reproches justificados y justos por parte de los socios.
El asociado tiene en sus manos la oportunidad de actuar con total compromiso por los colores antonianos y desechar la idea de que los cambios no son buenos. Todo proceso de reforma y reajuste permite una evolución en la medida que la marcha que se decida recorrer se base en objetivos claros, serios, viables y posibles.

La Promesa que vale más: El hecho posible

Es entendible que algunos candidatos que se presentan en elecciones utilicen como estrategia dar a conocer propuestas que seduzcan, impresionen, sorprendan y deslumbren al socio pero es cierto también que las grandes promesas son las expresiones de las esperanzas que tenemos y es necesario primero tener los pies sobre la tierra, encontrar los medios necesarios y recién poder ofrecer para cumplir y no al revés.
El antoniano es inteligente, sabio y capaz de diferenciar entre aquellos proyectos que realmente puedan concretarse y que no aspiran a cosas demasiados grandes porque la realidad de la Institución marca una línea de posibilidades que se pueden puntualizar en corto, mediano y largo plazo.
Sólo el plan que tenga como intención comenzar satisfaciendo las necesidades mínimas y básicas de las inferiores, de la refacción del Fray Honorato Pistoia, de la participación activa del hincha y del socio y después la meta de éxito deportivo podrá ser factible en Juventud, dentro de los próximos 2 años.
En la próxima Asamblea el voto elegido lleva impreso la confianza, el optimismo y la seguridad de que lo que se postergó durante tantos años puede hacerse realidad en poco tiempo. Ya se prometió demasiado en varios períodos y fue malo y contraproducente esperar tanto para el socio y el hincha. El 23 de junio la valentía del antoniano está a prueba sólo el que arriesga puede conseguir cosas importantes y ganar o sino aprender y sumar una nueva lección pero nunca perder.

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