lunes, 27 de junio de 2011

Más que “Desamparados” refugiados en la esperanza

En la primera semifinal del Torneo Argentino A, Central Norte no pudo rescatar un punto ante Desamparados de San Juan. Esta derrota por 1 a 0, no hace más que obligar al equipo azabache a reponerse y renovar las energías de manera inmediata y dar pelea en la penúltima batalla en terreno salteño, para seguir sumidos en la ilusión de volver a ascender por segunda vez en un año, pero en esta oportunidad, a la Primera B Nacional.
Este campeonato 2010 – 2011 fue largo, difícil y agotador para los 24 equipos que participaron, y sin lugar a dudas, ha requerido de un gran esfuerzo, compromiso y sacrificio por parte de todos pero solamente los que estuvieron preparados para asumir tal responsabilidad son los que hoy siguen dando combate y entrega para cumplir con su promesa y su gente.
Este plantel Cuervo entendió que el éxito en el fútbol está en el trabajo y empeño incesante. De esta manera, como decía el pensador y político indio, Mahatma Gandhi: “Con esfuerzo encontrarán la victoria completa y esa será la recompensa de meses de lucha y dar pelea hasta el final”.
El rumbo del Azabache estaba marcado, debía disputar, sufrir y lidiar más, para ir en búsqueda de la segunda oportunidad que les permite este torneo para ascender, la de la Promoción. Para estar donde está “mucha agua tuvo que correr por debajo del puente” pero con todo el bagaje emocional que tiene supo salir adelante hasta en las situaciones más complicados.
Central Norte lleva jugados hasta el momento 41 encuentros y en ese trayecto recorrido perdió técnicos, jugadores y partidos pero nunca abandonó su objetivo y supo mantener firme: sus ideales, el propósito, la intención, el deseo y el fin de superarse y ser mejores en equipo.
Todo eso les posibilitó recuperarse en el momento justo y estar peleando una llave importante para llegar a las puertas de una posible final y concluir de esa manera una campaña que desde ya es virtuosa y satisfactoria. Sin olvidar lo significativo que fue sentirse conmovido en cada partido por ese jugador “número 12” que es incondicional, infaltable, incasable y único porque está en las buenas y en las malas, porque vive y sufre de igual, mejor o peor manera que los que están dentro de la cancha y porque a pesar de las circunstancias la pasión lo motivó a nunca perder la fe.

El sueño encadenado por los recuerdos

Desde aquel 1987 cuando Central Norte no pudo mantener su categoría por el Nacional B tuvo que postergar grandes triunfos, logros y halagos y esperar veinte años para volver a hacer sentir y vibrar al “nido de cuervos” de la Avenida Entre Ríos con dos ascensos; primero en el 2006 y después en el 2010.
“Que veinte años no es nada”; decía Gardel y así Central tuvo que esperar con la mirada encendida de ilusión entre las sombras de los desaciertos futbolísticos durante esos campeonatos. Pero intentó y luchó para después pronunciar el nombre de CAMPEON.
Hoy no están “Palito” Álvarez, Miguel Rodríguez, Arsenio Benítez, “El Negro” Alegre o Luis Galván, jugadores históricos y memorables de la entidad Cuerva. Pero este presente tiene otro resplandor porque ha renacido con un plantel que supo contagiarse de la mística del Club y le ha devuelto el protagonismo y la esperanza de tener la chance de volver a estar en un escalón superior del fútbol argentino y de llevar a lo más alto al Cuervo del pueblo.
En esta campaña, Central tuvo la humildad de los grandes y esto lo acerca indudablemente a lo realmente colosal de la gloria porque demostró en silencio y con hechos que la convicción, el trabajo y el estilo son el sostén para conseguir cosas importantes.
El hincha azabache es el que anhela con grandes ansías que la progresión de la Institución sea lenta pero sin pausa para poder desarrollarse nuevamente como Club prestigioso del medio. Nada se le puede reprochar a su gente porque fue la única que guardó escondida una esperanza humilde y que ha sido toda la fortuna de su corazón para mantener vivo los colores “negro y blanco”.
Para la dirigencia de Central queda mucho por seguir trabajando y entregando por el bien de la entidad. El sacrificio debe ser mayor, volver a jugar torneos en su propia cancha, escenario donde supo disputar todos los partidos que lo llevaron a ascender al Nacional B, esa será la tarea a futuro y la obligación de sus directivos para no perder lo más valioso que supo construir, mantener y sostener todo el pueblo azabache durante todos los tiempos y es la mística, garra y coraje que sólo puede transmitir el Barrio Norte.

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